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Mi nombre es  Sandra, soy Técnico informático de profesión, hice clases durante once años de mi vida en la ciudad.  

 

Durante los primeros 35 años de mi vida estaba acostumbrada a las grandes ciudades, como el lugar de donde provengo, una grande Metropoly como Santiago del Chile.    Con todo a la portada de mano, para movilizarme, caminar, pagar cuentas, trabajar, etc.  Luego me transferí en Italia a un pueblo de 629 habitantes sin bancomat, sin farmacias, sin tiendas, ni centros comerciales, sin caserma de carabineros, sin negocios pequeños de florería, electrodomésticos, nada de nada.  A 700 metros de altura,  en una montaña a los pies de un bosque.  La soledad y la tranquilidad extrema, me han modificado completamente.  Mi pueblo se llama Bianzano y es de la Epoca Medieval.  Con casas de piedras, como Heidy en la pradera.  

Vivir Mejor

 

 

Nace de la necesidad de comer mejor,  dormir sin dificultad, aceptar los alimentos que se encuentran disponibles, sin hacer daño a nuestro organísmo.   Los seres humanos hemos descubierto muchas cosas, que han revolucionado las condiciones de vida, adelantos en la medicina, en la ciencia, en todos los campos, como la robótica, la tecnología, etc. hemos decubierto muchas cosas increhibles pero somos seres convertidos en cosas, en baterías con latidos cardíacos, pretendiendo modificarlo todo con una idea muy equivocada de lo que es : hermosura,  de lo que significa Belleza.  En éste mundo actual, tanto o todo es artificial y desechabe,  los amores, las comidas, los perfumes, las casas, los artefactos eléctricos. De los olores naturales recordamos muy poco, de los sabores y esencias naturales lo mismo, de los colores y de las esencias y perfumes que nos circundan,  están los olores a desengrasantes, desodorantes ambientales, jugos llenos de colorantes y olores artificiales.

Hemos perdido completamente la visión de lo que es natural y de lo que es artificial.  De lo que es para toda la vida y de lo que no lo  es. 

No vendo nada, regalo a todos un momento de reflexión, un espacio para los que se perdieron en éste mundo, para los extraterrestres, agenos, caídos del planeta tierra, son coordialmente invitados a venir cuando quieran.

Yo soy de las que no temen al olor de las cebollas, al de los ajos, al del abono natural  de caca de vaca.  Yo soy de las que teme a los desodorantes ambientales y químicos que llegan hasta nuestro flujo sanguineo, de las hormonas y fertilizantes químicos que envenenan nuestro cuerpo.

 

Un tiempo atrás la cosas eran para siempre, para toda la vida.  Mi máquina de cocer era de fierro y eterna, las cosas no las debía comprar cada año o sustituir por otras más modernas y más rápidas o con más funcionalidades.   Tenemos geranios genéticamente modificados, Cuerpos de mujeres modificados, rostros completamente cambiados, frutos completamente estériles, aguas contaminadas y cosas que duran poco.  Cada día somos más las personas enfermas, deseosas de buena salud, de mejor calidad de vida, cada vez aun existiendo, hospitales, farmacias y médicos, no somos más personas sanas en el mundo, somos más personas "enfermas" en el mundo.  El desapego total de la vida en Ciudad, del consumismo absurdo y aniquilante de la pobreza de recursos,  me ha obligado a hacer una grande pausa en el modelo de vida que llevaba, entender por ejemplo, que la enfermedad cuando llega, lo hace a ricos o a pobres, no hace distinciones, no mira cuanto tiene tu cuenta en el banco.  

No temo a la pobreza de recursos, sí temo a la pobreza de incapacidades de ver más allá, de los confines de lo que nos meten en la televisión, en las radios, en los lugares públicos.  A ser obligada a tomar decisiones equivocadas durante toda la vida, porque el sistema te arrastra a eso.  Te hace creer que esas son tus necesidades y te estudian para obtener de ti, el máximo dinero posible. 

 

En ese sentido he descubierto una persona diferente dentro de mi, que ama la música, la poesía, el arte, la salud, las plantas y la familia.   Aceptando mis defectos y virtudes, sin pretender modificarlos o alterarlos.

soy una  nota musical de la partitura de la Naturaleza Humana.

 

 

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